¿En qué se parecen las redes sociales al alcohol?

Con dosis elevadas de alcohol se pasa de la simpatía a la pesadez, exactamente igual que si la dosis de redes sociales es alta. Se deja de ser uno mismo y se pasa a ser otra persona. Y es que en las redes sociales hay veces que no hay quien reconozca a ciertas personas.


Llega el momento de sincerarse y decir verdades, aunque las redes sociales ganan aquí al alcohol por su capacidad de conseguir que las personas griten a los cuatro vientos todo lo que nunca se atrevieron a decir a nadie más en público. Se debe a esa sensación de escudo protector que ofrece estar a un lado de la pantalla, sensación de protección que crece si además estamos en nuestra habitación o despacho, como si estuviéramos en un búnker antinuclear al que nadie puede tener acceso.


Al final, es cuestión de cómo una red social ha sido diseñada y de saber usarlas sin perder la cabeza, porque hay redes sociales diseñadas para intoxicar más que otras.

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