No es, desde luego, el primer enchufe que vemos orientado al ahorro energético, pero te aseguramos que ninguno se ha tomado el asunto tan en serio, y sobre todo, ha adoptado medidas tan radicales.
Su funcionamiento es tan simple como contundente: el enchufe cuenta con un sensor que, al cabo de diez minutos de detectar que ha dejado de fluir la corriente, se desenchufa físicamente (o literalmente, expulsa el conector macho). El problema llega después, cuando te verás obligado a volver a enchufar todo. ¿Compensa por el medio ambiente?
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